Los enemigos de los libros : contra la biblioclastia, la ignorancia y otras bibliopatías
Por: Blades, William, 184-1890.
Colaborador(es): Pérez de Villar, Amelia [Traductor] | Trapiello, Andrés [Prólogo] | Jiménez, Javier [Epílogo].
Tipo de material: LibroSeries Periplos, 20.Editor: Madrid : Fórcola, 2016Descripción: 136 páginas, [8] páginas de láminas a color; ilustraciones, 21 cm.Idioma: EspañolISBN: 9788416247554; 8416247552.Otro título: The enemies of books.Materia(s): Libros -- Preservación | Libros y lectura | Bibliofilia | Literatura inglesaClasificación CDD: 828 Recursos en línea: Los enemigos de los libros Resumen: Para el impresor y bibliómano británico William Blades, los enemigos de los libros son muchos, pero muy identificables, y cual Porfirio moderno, dedica estas páginas a catalogarlos exhaustivamente: aparte de los elementos naturales, como el fuego, el agua, el gas y el calor, el polvo y las plagas, hay otros enemigos intangibles, pero igualmente dañinos, como la ignorancia y el fanatismo. Aunque la mayor amenaza a lo largo de la historia han sido, y posiblemente sean aún, las mañas y malas artes de los bibliópatas, la torpeza de los encuadernadores y la avaricia de vendedores y coleccionistas, a los que Blades muestra especial inquina: si bien se hacen llamar «bibliófilos», deberían ser catalogados como «los peores enemigos de los libros».Item type | Current location | Collection | Call number | Copy number | Status | Date due | Barcode |
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Literatura | Biblioteca Campus Palmas | Literatura | 828/B632 (Browse shelf) | Ejemplar 1 | Available | 0049235 |
Para el impresor y bibliómano británico William Blades, los enemigos de los libros son muchos, pero muy identificables, y cual Porfirio moderno, dedica estas páginas a catalogarlos exhaustivamente: aparte de los elementos naturales, como el fuego, el agua, el gas y el calor, el polvo y las plagas, hay otros enemigos intangibles, pero igualmente dañinos, como la ignorancia y el fanatismo. Aunque la mayor amenaza a lo largo de la historia han sido, y posiblemente sean aún, las mañas y malas artes de los bibliópatas, la torpeza de los encuadernadores y la avaricia de vendedores y coleccionistas, a los que Blades muestra especial inquina: si bien se hacen llamar «bibliófilos», deberían ser catalogados como «los peores enemigos de los libros».
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